11 sept 2009

Lo mejor que podría pasarte

No te subas por las paredes si lo que te espera en lo más alto, no merece la pena. No saltes al vacío si justo abajo no te espera una confortable cama elástica, ni te vayas, si allí donde llegarás no está esa persona que sólo con respirar junto a tu piel consigue ese efecto que ninguna que conozcas o hayas conocido haya logrado primero. No ames si tu corazón es de esos que vienen adheridos al pecho, de esos perezosos que no se mueven, que no laten fuerte por no gastar energías... no cierres los ojos, si tras ellos no te espera eso en lo que piensas y no dejas de pensar en uno sólo de los segundos de tus días.

No permitas que tus lágrimas lleguen al río si no hay una barca sin horas, permanentemente, por si te cansas de nadar. No te vendas a la deriva, no firmes el contrato a menos que hayas leído bien la letra pequeña. No me busques si no esperas que te diga lo que no quieres oír, y te abrace minutos después. No sientas si ese sentimiento no consigue que sonrías todo el tiempo. No uses reloj, ni cuentes las horas, no sueñes si no es bonito, no desistas, ni dejes de desear si no alcanzas previamente aquello que deseaste alguna vez. Inténtalo, inténtalo todo, hasta que cuentes mil, una y otra vez, hasta que la cuenta se pierda por sí misma en su propia espiral inventada, no pierdas los estribos, ni los nervios, ni los papeles, porque quizás los necesites más de lo que crees. Ni tampoco, por favor y hazme caso, dejes de perderlos nunca.

No dejes de volar si estás vivo, más bien ponte unas gafas de esas de aviador o sin ellas y dedícate a mirar a todas partes, a tocar todo lo que te llame la atención, escuchar aquellas canciones que en algún momento, en otros vuelos, significaron tanto. Investiga hasta que sepas cómo huele lo que está por encima del cielo, y sobre todo, no bajes para poner los pies en la tierra si la situación no lo exige, si no es estrictamente necesario.

No te canses de estar, de ser, ni de correr, porque ese es el peor abismo de la nada en el que puedes caer, no caigas, y si lo haces, no olvides el manual de instrucciones para volver cuando quieras. Y si lo has olvidado, no te preocupes, porque me han dicho que está bien señalizado...

Si aún así, no dejas de sentir que todo esto ya lo has hecho y no dejas de tropezar con las mismas piedras, piensa que esto sólo es un resumen, y que probablemente signifique que no haces otra cosa que vivir sin parar, a pesar del camino y sus piedras, y eso es, sin duda alguna, lo mejor que podría pasarte.

Esto es Absolutamente Genial.

Extracto de la película "El lado oscuro del corazón"

No te salves, Mario Benedetti